Biden elimina un proyecto para acabar con el control que ejerce China sobre la industria de minerales raros
Estados Unidos necesita 10 veces más la cantidad de metales de tierras raras que tiene actualmente para cumplir los objetivos de Joe Biden en materia de vehículos eléctricos, pero él no quiere que estos minerales se extraigan en el país.
El proyecto de la carretera de acceso de Ambler conectaría un distrito minero de Alaska con la autopista Dalton, que atraviesa el centro del Estado. Esto proporcionaría a EE UU un suministro nacional constante de cobre, zinc, plomo, oro, plata y cobalto. Sin embargo, se espera que la administración Biden rechace la aprobación de esta carretera.
The Biden administration is set to reject the construction of an access road to the Ambler mining district in northern Alaska, Politico reported on Tuesday, citing two people with knowledge on the decision. https://t.co/yMfD0xVxVF https://t.co/yMfD0xVxVF
— Reuters Science News (@ReutersScience) April 17, 2024
Dependencia extranjera: el presidente Donald Trump aprobó el permiso para construir la carretera de acceso a Ambler en 2020, y la delegación de Alaska en el Congreso apoya el proyecto.
Sin embargo, la secretaria del Interior, Deb Haaland, ha argumentado que los estudios medioambientales realizados por Trump eran inadecuados. Así que es probable que Biden cancele el proyecto, obligando a EE UU a seguir dependiendo de China para que le proporcione minerales para su agenda ecológica.
China representa aproximadamente el 60% de la producción mundial de minerales de tierras raras y el 85% de la capacidad mundial de procesamiento de minerales de tierras raras. El hecho de que Biden quiera eliminar progresivamente los vehículos que utilizan combustibles fósiles y la minería nacional de tierras raras es una gran victoria para la China comunista.
Partido comunista: en 2021, John Bachtell escribió un artículo efusivo en la publicación del Partido Comunista de Estados Unidos People’s World [El mundo del pueblo] sobre cómo la secretaria Haaland estaba en vías de hacer historia como la primera secretaria de gabinete de origen nativo estadounidense. Pero ignoró el papel que la integrante del Partido Comunista Judith LeBlanc desempeñó en presionar a Biden para que nominara a Haaland. Así pues, que la secretaria Haaland promulgue políticas que ayuden a China podría no ser una coincidencia.
La clase china: los demócratas radicales suelen fingir que se preocupan por el medio ambiente, pero muchas de sus políticas “verdes” están diseñadas para ayudar a la China comunista.
El periodista Lee Smith escribió en su editorial de septiembre de 2020 “La clase china de Estados Unidos lanza una nueva guerra contra Trump”:
El pilar central del nuevo orden corrupto es la relación de la élite estadounidense con China. (…) Al enviar la base manufacturera de EE UU a China, aprovecharon una oportunidad de negocio como nunca se había visto antes: una enorme mano de obra cautiva controlada por un régimen autoritario que garantizaba la producción constante de bienes a una fracción de lo que costaría en casa.
Más información: lea “El ascenso de China como superpotencia”.
